En uno de los derbis del norte de Londres más intensos de los últimos años, el Arsenal se impuso por 2-1 al Tottenham en un partido marcado por la tensión, la emoción y la clase de Granit Xhaka, quien convirtió un penalti decisivo con frialdad suiza. El Emirates Stadium fue testigo de un encuentro vibrante en el que el mediocampista del Arsenal no solo marcó, sino que también fue clave en la recuperación y distribución del balón. Entre la multitud, muchos hinchas lucían camisetas baratas futbol del conjunto gunner, reflejo de una pasión que no entiende de precios, solo de lealtad.
El encuentro comenzó con ambos equipos presionando alto y buscando imponer sus estilos de juego. El Arsenal, fiel a su identidad bajo Mikel Arteta, apostó por una construcción paciente desde el fondo y transiciones rápidas en ataque. Tottenham, en cambio, buscó más verticalidad y aprovechar la velocidad de Son y Kulusevski en los costados.
La primera mitad terminó sin goles, pero con un ambiente eléctrico en las gradas y varios roces en el campo que dejaban ver la intensidad del clásico. En la segunda parte, todo cambió. Tras una jugada individual de Martinelli que terminó en una falta dentro del área, el árbitro no dudó en señalar el punto de penalti. Xhaka tomó el balón, lo acomodó con calma y lo envió al ángulo izquierdo, imposible para el portero Vicario.
El Arsenal se adelantaba así en el marcador y, aunque el Tottenham intentó reaccionar, los Gunners ampliaron la ventaja con un cabezazo de Gabriel Jesus tras un córner. El equipo visitante descontó al final con un tanto de Richarlison, pero ya era demasiado tarde.
Xhaka fue elegido el jugador del partido por su rendimiento completo: marcó, lideró el mediocampo y mantuvo el orden en momentos clave. Su precisión desde los doce pasos fue determinante, y su madurez en los momentos de mayor presión quedó en evidencia.
Con este resultado, el Arsenal se mantiene firme en la lucha por la cima de la Premier League y demuestra que tiene personalidad para encarar partidos grandes. El equipo de Arteta sigue creciendo, y actuaciones como la de Xhaka son una señal clara de que los Gunners están listos para competir al más alto nivel.