Los clubes comenzaron a principios de siglo a vender camisetas distintas a las que llevan los jugadores sobre el césped. Ahora bien, estarás limitado por sus políticas, el control sobre tus productos e identidad comercial será escaso y tendrás que pagar comisiones por tus ventas. Interesante capítulo de la historia sobre la muy negra (nunca mejor dicho) costumbre de mezclar política y deportes.